viernes, 11 de enero de 2008

VEN - SEREMOS

Abrir el cubo y encontrar la vida

PAISAJES DEL SER

Invito, a quién venga a contemplar estas cosas, a participar en una experiencia única: penetrar en su propia mente, en la fantasía, en la fanta-ansia verbal. El verbo no es solamente gramatical, es también morfológico. Todo el mundo vive un vocabulario, a veces repetitivo, impuesto por la fatiga cotidiana. Debes empezar desde ahora a explotar el propio vocabulario, para consignar la cantidad de signos erróneos que afloran a tu mente. Las palabras desaparecen, de la misma manera que los pueblos se despueblan del sentido popular.

El corazón está situado a la izquierda, y se dice que el ojo izquierdo es el que ve el interior de la persona, en tanto que el derecho sólo ve su provecho. Así, del corazón al ojo, del ojo a la boca se maneja el timón de todo el cuerpo y se llega a la conclusión de que el mundo se ve con el cuerpo. El cuerpo es un ojo y quién ha hecho un mapamundi de la conciencia de su propio cuerpo podrá, a imagen y semblanza, hacer un mapa-cuerpo de su mundo.

El mundo tiene que ser cartografiado con los sentidos y con el sentido del propio cuerpo. Quien no tenga un mapa de su propio cuerpo, es ciego respecto a su mundo.

Se vive en un mundo impuesto o en un mundo sentido.

Este mundo impuesto es una jaula, el mundo sentido es la aventura.

Por tanto, para vivir de alguna manera, hay que convertirse en cartógrafo y llevar el timón del cuerpo-astro que vive en un astro.

Porque, en uno mismo, la humanidad historia es trans-historia y, de esta manera, el verbo conocer es un verbo plural (yo conocemos, tú conocéis). Así como la experiencia del universo es individual, la experiencia de ser individuo es universal.

El astro es redondo, la historia es redonda y la vida es redonda.

Y, por ello, todas las calles son curvas, los mares son curvos y los ríos son curvos, y nadie puede bañarse dos veces en el mismo Heráclito. La cueva de lo desconocido es inquietante, peor esta inquietud es la verdadera prospectiva de la perspectiva. Trompe l`oeil. Para que el ojo no se desoriente es necesario que salga, como el sol, y se oculte en la esfericidad del futuro. El presente está en órbita. El yo es un ojo-yo que debe ver todo el hoy, como la tierra ve el sol.
Roberto Matta
1981
Publicado en Cristal, 1983