Primera clase de introducción al urbanismo, un tipo intenta explicarles a un grupo de pendejos recién salidos del colegio como se conforma una ciudad, y empieza con peras y manzanas: en la ciudad existen dos flujos separados por una pequeña diferencia de altura, abajo, por la calle los vehículos (las ruedas), arriba, por la vereda los peatones (las piernas),ambos cohexisten en la ciudad sin ser necesariamente compatibles, diferencias de tamaño y velocidad hacen que en los cruces de flujo ocurran accidentes, por supuesto, el mas chico (el pelagato que cruzo despistado) se lleva la peor parte.Hasta aquí, con sus defectos y virtudes propios de lo humano , el asunto mas o menos funciona.
Pero ahora un grupillo de pensadores arquitestos, (que seguro faltaron a la primera clase) decidieron, frente a la problematica de la bicicleta, crear un nuevo paradigma, casi puedo verlos discutiendo acaloradamente, unos citando las obras de tschumi, otros , analizando los diagramas de flujo en la obra pictorica de zaha hadid, en fin, la clase de discusiones que imagino tienen aquellos que planifica nuestra ciudad, y luego de semanas de trasnoche, paquetes de cigarrillos y varios tarros de cafe, decidieron, en un momento de iluminación, una solución innovadora y revolucionaria, una vuelta de tuerca a las bases del urbanismo, como a nadie se le había ocurrido, deben haber pensado,implementaremos una calle por la vereda (suena muy estúpido y lo es) así crearemos un tercer flujo vehicular pero este no estará en la vía de los vehículos, estará en la de los peatones; genial ideal... para eliminar a los ciclistas del mapa y hacer incomodo su transitar en la ciudad (mas de lo que ya es) y es que cae de maduro que si con dos flujos ya ocurren muchos accidentes con tres esta situación aumenta, el peatón no tiene conciencia que por su ,antes, via exclusiva, ahora transitan vehículos, mas livianos, pero vehículos al fin y el automovilista no tiene conciencia que ahora en las esquinas cruzan vehículos, de vereda a vereda, ambos se ven enfrentados a una situación de mayor velocidad en las veredas lo que provoca una sola cosa: que los peatones te odien por atropellarlos o hacerles un fino y que los automovilistas te atropellen al doblar la esquina.
Hace ya 10 años con unos amigos cicletudos, comenzamos a exigir nuestro derecho a ocupar la bicicleta como medio de transporte en su correspondiente espacio en la calle (en ese momento habían empezado a construir la ciclovia de pocuro, que solo sirve para pasear si vives en ese barrio) nuestro modelo de ciclovia era la de santa isabel, pero era exclusiva para motos, pacientemente en la madrugada borrábamos los carteles y pinturas que decian "solo motos" y lo cambiabamos por "solo bicicletas".
años después la vía para motos de sta isabel se convirtió en la primera ciclovia decente (y les salio de chiripaso)
En las primeras versiones de las ahora famosas cicletadas de los primeros martes del mes (en esos tiempos no eramos mas de 20 bajando de escuela militar a los héroes), Promocionabamos con quien tuviera algo que ver con plantificación urbana el libro ciclismo eficiente (libro de cabezera para el ciclista que no quiera morir pedaleando en Santiago) donde se indica con datos objetivos y estudios serios lo que antes mencione del peligro en las ciclovias, la respuesta de las autoridades no se hizo esperar... mas ciclovias.
En fin, tampoco esperábamos mucho de aquellos personaje, la esperanza estaba en los que apesar de todo pedaleaban en Santiago.
Hace un tiempo estábamos con Flaco en su casa cuando por la ventana empezamos a ver pasar una masa de ciclistas que a la hora del taco bajaba por providencia, sacamos cuentas y claro, era el primer martes del mes y aquella era la cicletada que ya tenia vida propia, emocionados tomamos nuestras bicicletas y nos unimos al grupo de 200 personas que participaba en esta organizadisima manifestación, a medida que avanzabamos hacia el centro, grupos de otras comunas (ñuñoa, la florida,etc..)se unian y la cosa aumentaba cada vez mas, orgullosos de como la bola de nieve habia crecido sin nuestra ayuda o participacion, pedaleábamos anónimos dentro de la masa hasta que llegamos al paseo ahumada, tomamos todos nuestras bicicletas por sobre nuestras cabezas (una imagen memorable) y comenzamos a gritar como en los viejos tiempos, pero ahora el grito habia cambiado, ya no exigía respeto de los autos a las bicicletas, si no que, en un gran coro demandaba: CI-CLO-VIAS CI-CLO-VIAS...
con flaco nos miramos , no sabíamos si reírnos o ponernos a llorar, nadie había entendido nada!
Seguro alguien ya había tomado la iniciativa
